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LA COLABORACIÓN MÉDICA CUBANA Y LA TIRANÍA DE LA MEDICINA PRIVADA

Los médicos cubanos realizaron más de 100 millones de consultas en Brasil

Cuanto ocurre hoy con respecto a la colaboración médica cubana en Brasil no puede verse - escribe nuestro colaborador Orlando Ruiz - como una novedad. Desde el inicio mismo del programa Más Médicos se hizo patente el más rotundo rechazo a este por parte de los oligarcas que controlan el negocio de la salud en la nación suramericana (...).



Por ORLANDO RUIZ RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

    Cuanto ocurre hoy con respecto a la colaboración médica cubana en Brasil no puede verse como una novedad. Desde el inicio mismo del programa Más Médicos, en el 2013, se hizo patente el más rotundo rechazo a este por parte de los oligarcas que controlan el negocio de la salud en la nación suramericana.

   A partir de la lógica del modelo económico capitalista predominante, las estructuras del sistema sanitario brasileño están diseñadas para alimentar el buen vivir de los que se benefician de él y no para la solución de las grandes carencias de atención sanitaria que padecen decenas de millones de brasileños.

   La creación del programa “Más Médicos”, auspiciado por Dilma Rousseff, abrió una importante brecha en el muro levantado por la oligarquía en este sector de los servicios públicos, al llevar hasta las más remotas regiones del país el trabajo asistencial con la colaboración de los profesionales cubanos, pero, no obstante, dejo indemne el mercantilismo cimentado durante décadas por el Consejo Federal de Medicina (CFM) y sus redes de clínicas privadas en las principales ciudades.

   Las posiciones del recién electo mandatario, Jair Bolsonaro, son las mismas que ha defendido durante largo tiempo el CFM, un órgano autónomo y poderoso que ostenta posiciones corporativistas y tiene fuerza política en el Congreso.

   En opinión de  Herman Hoffman, joven médico brasileño graduado en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) , de La Habana, “con la entrada de médicos desde Cuba los oligarcas del CFM vieron una amenaza a los hospitales y clínicas particulares; para ellos era como decir, “si los médicos extranjeros van a trabajar donde los de Brasil no van, ese es un mal ejemplo, además, una parte de aquellos pacientes atendidos gracias a “Más Médicos” no tratarán en lo adelante de buscar cuando no les quede más remedio, como lo hacían antes, ser atendidos en las grandes ciudades donde estamos nosotros.

   Al llegar los cubanos se produjo en Brasil un debate de proporciones monumentales. Mientras el CFM trataba de imponer sus reglas e impedir que prestaran servicios profesionales provenientes de otras naciones o los propios nacionales graduados en el exterior,  como ocurre con los egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina, faltaba personal de salud en muchas regiones.

   Tan pronto como el Gobierno del PT anunció el programa Más Médicos empezaron los conflictos. Inicialmente fueron convocados los graduados en Brasil para trabajar en el interior del país, donde existían consultorios y equipamiento sin uso. De un universo de 400 mil, solo unos mil dijeron en un inicio que aceptaban, pero al final se decidieron alrededor de 400.

   Según cifras oficiales, en los últimos años, durante los Gobiernos de Lula y Dilma se ha destinado más dinero a infraestructura sanitaria y equipamiento que en ningún Gobierno anterior. Las inversiones ejecutadas en la última década para el desarrollo de la salud pública sobrepasan los 3,7 billones de dólares y lo planificado en nuevas instalaciones y equipos alcanza los cuatro billones.

   Como resultado de este esfuerzo institucional de los gobiernos del Partido de los Trabajadores, en el momento en que entró el contingente cubano existían unos 300 centros de urgencia nuevos,  casi cuatro mil unidades básicas de salud, clínicas de la familia, hospitales recién inaugurados de norte a sur de Brasil. Solo   faltaba para que todo eso funcionara bien que el médico estuviera allí presente, haciendo su trabajo cada día, y eso hicieron los cubanos.

  Ahora el recién electo presidente de Brasil, Jair  Bolsonaro, echa por la borda todo este esfuerzo del que se beneficiaron millones de familias que nunca habían podido acceder a la medicina privada. Se completa así la obra destructora cimentada por los oligarcas el CFM.

   El Gobierno cubano responde a la vileza del nuevo tirano de Latinoamérica con la dignidad de siempre. A continuación la esclarecedora respuesta de nuestras autoridades.

Cuba no hace política con la salud de los pueblos

   Cuba adoptó una decisión “dolorosa, pero  necesaria” al concluir su participación en el programa Más Médicos de Brasil, aseguró en entrevista al portal Cubadebate el Ministro de Salud Pública de la Isla,  José Ángel Portal Miranda.

   Nuestro país no buscó la situación actual, pero actúa “en defensa  de la dignidad profesional y humana de nuestros colaboradores y de su seguridad”, añadió.

   Jair Bolsonaro mantuvo una postura agresiva contra Más Médicos y la  participación de Cuba desde sus inicios en el año 2013. Una vez electo  como presidente, hizo referencias directas, despectivas y amenazantes a la presencia de los médicos cubanos, y reiteró que modificaría los términos y condiciones del programa.

   Ante ese escenario, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) decidió  poner fin a su participación en el programa Más Médicos, en el que más de 20 mil profesionales de la salud cubanos brindaron atención a millones de brasileños en zonas pobres y apartadas geográficamente.


¿Qué elementos se tomaron en cuenta para concluir la participación cubana en Más Médicos? ¿Qué respondería a quienes consideran que quizás hubo precipitación?

  Nada de lo que se ha hecho hasta este momento es precipitado. Entendemos  perfectamente que la decisión tiene un impacto en el pueblo brasileño. A  diferencia de otros, siempre hemos considerado la atención de salud como un  asunto de máxima prioridad, más allá de cualquier consideración de índole política.

   Hemos tomado una decisión dolorosa, pero necesaria, en defensa de la dignidad profesional y humana de nuestros colaboradores y de su seguridad.  Desde hace meses damos seguimiento a los pronunciamientos amenazantes y provocadores del presidente electo, los que ratificó al día siguiente de confirmarse su elección.


¿En qué punto se llegó a una situación límite en Brasil?

   Nos tomamos el tiempo suficiente para confirmar que el mandatario electo  estaba dispuesto a afectar la atención de salud de cerca de 30 millones de  brasileños para llevar a cabo un rejuego político que es imposible entender en qué beneficiaría a su país.

   No se trata de que Cuba pueda tener diferencias políticas o ideológicas con un determinado gobierno. La práctica de las últimas décadas recoge incontables ejemplos de cómo nuestro país ha puesto la salud de un pueblo  por encima de la política.

   En el año 2009, durante el golpe de Estado en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, cerca de 400 médicos cubanos permanecieron en esa nación en condiciones muy difíciles, asumiendo riesgos personales y sin ningún tipo de garantía económica.

   Los elementos de juicio que primaron entonces fueron el impacto social que tendría su retirada para el hermano pueblo hondureño y que el gobierno golpista nunca asumió una postura agresiva ni de cuestionamientos a la colaboración cubana. Cuba no hace política con la salud de ningún pueblo.

   Pero lo que no se puede permitir en ningún caso, lo que es doloroso en Brasil, es que se ponga en tela de juicio el reconocido prestigio de la escuela de salud cubana.

  Tampoco se pueden tolerar ofrecimientos malintencionados y tendenciosos  que buscan que los colaboradores abandonen su misión. Mucho menos vamos a  admitir las ofensas a su integridad moral, ni el menor riesgo para sus vidas.

   Es la primera vez en 55 años de colaboración, tiempo durante el cual más de 600 mil cubanos han prestado servicios en más de 160 países, que nos vemos en una situación como esta.

   Nuestros médicos no están formados en la escuela del sálvese quien pueda, como sucede en el neoliberalismo. Después del golpe de estado, en Brasil se congelaron por 20 años los gastos sociales, pero Cuba destina más de un 25% del presupuesto a gastos de salud y seguridad social.

   El dinero que llega a Cuba como parte de la cooperación médica con Brasil contribuye a financiar los servicios sociales de 11 millones de cubanos, incluidos los familiares de los médicos en el exterior.

   El dinero no va a la cuenta personal de nadie ni sirve a intereses individuales. Mientras algunos utilizan el dinero público para salvar bancos, Cuba salva vidas.


¿Qué medidas concretas se toman para proteger a los médicos?

  Como es tradición en nuestra Revolución, nadie será abandonado ni le  faltará atención y compañía.

   El Gobierno cubano ha creado un grupo de trabajo intersectorial que todos  los días analiza cada paso y cada medida. En coordinación con nuestra Misión Estatal en Brasil, incluida nuestra Brigada Médica, hemos previsto un retorno rápido y ordenado del personal médico, con todas las garantías para los colaboradores y su seguridad.

  Una parte de nuestros médicos son residentes permanentes en Brasil, con  familias brasileñas constituidas. Tampoco los dejaremos a su suerte y siempre podrán contar con el respaldo y las garantías de Cuba.


¿Qué opciones tendrán los más de ocho mil profesionales de la salud  cubanos que regresan de Brasil?

   En primer lugar, tienen el derecho a reincorporarse a su puesto de  trabajo en Cuba, en condiciones similares a las que se encontraban antes de partir. Quienes lo prefieran, tendrán también la posibilidad de prestar  sus servicios solidarios en otras naciones que lo requieran.

   Y no hablo de cualquier atención de salud, sino una basada en el humanismo y que está dispuesta a ir a los lugares más intrincados, donde  incluso los profesionales locales evitan ir.

   Esa es la escuela cubana de medicina, que cuenta con un reconocido  prestigio internacional, fundamentado en la calidad de sus profesores, el alto nivel científico, el permanente intercambio con las prácticas más  avanzadas a nivel internacional y un constante perfeccionamiento.

  Y si cupiera alguna duda de su calidad, ahí están los indicadores de  salud de nuestro país, que compiten con los de naciones del primer mundo,  para despejar cualquier interrogante.


¿Cuál es el saldo de estos cinco años de Más Médicos?

   Los pueblos de Cuba y Brasil podrán sentirse siempre orgullosos de la hazaña que protagonizaron durante cinco años los casi 20 mil colaboradores de salud que formaron parte del Programa Más Médicos, iniciado por el gobierno del Partido de los Trabajadores para mejorar la cobertura sanitaria en las zonas más pobres del país.

  Nuestros profesionales realizaron más de 100 millones de consultas y  cambiaron la historia de Brasil. Los pobladores de cerca de 700 municipios del gigante suramericano vieron un médico por primera vez con la llegada de los cubanos. Modificaron los indicadores de salud de ese país y demostraron que sí es posible impulsar la cooperación internacional sur-sur con el apoyo y guía de la Organización Panamericana de la Salud.
 Orlando Ruiz Ruiz. 

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